miércoles, 12 de diciembre de 2007

VISTA PREVIA

Tan intensa como la vida. A zarpazos por los escondites más oscuros del ser. Incrédula, inadmisible, sin exponerse a jucios sobrevalorados ni a ser escenario de acecho. Calma dentro de la calma, invade perennemente el ambiente y lo carga de fiebre, de dolor, de éxtasis, de saudade, de inteligencia, de tú, de yo, de nosotros, de todos.
¿Adónde va? . . . es difícil saber, es difícil seguir, es difícil hasta respirarle cerca. Se expande y se contrae al mismo tiempo. Vuela hacia lo profundo y desciende a las alturas. Espera pacientemente y luego desaparece dejando una sensación de clímax incompleto. No es susceptible de persecuciones ni de cacerías. Agota las células, los sentidos, los humores.
Ahora no puede parar, casi en eclosión con nuestro propio universo, volverá a ser y a estar, diciendo no me he ido, pero me fui... no he vuelto, pero volveré. Destroza inocencias y aclara culpables. Redime y sataniza. Cuesta todo y no vale nada.
Después es momento de reposo, de tensa calma, de niebla antes de la tormenta, de quejidos en el fondo de la barranca. Está ahí y no está. Sólo vigila.
Atentos. . .

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